A los 56 años, tras una vida dedicada al mundo de las gasolineras, me enorgullece compartir mi experiencia de haber logrado un sueño largamente acariciado: la obtención de mi licenciatura en Derecho por la Facultad de Derecho de A Coruña. Este logro no ha sido sencillo; compaginar los estudios con mis responsabilidades como gerente de la Estación de Servicio Bazarra, presidente de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de A Coruña y FEGAES, y miembro de las juntas directivas de AGADISGAS y AEVEAR, ha requerido un esfuerzo titánico y una gran dosis de determinación.
La Dificultad de Compaginar Roles Diversos
Desde el primer día en que decidí inscribirme en la universidad, fui consciente del reto que suponía compaginar mis estudios con mis múltiples responsabilidades profesionales. La gestión diaria de la Estación de Servicio Bazarra demanda una atención constante y una capacidad de respuesta rápida ante cualquier imprevisto. Además, mi rol como presidente de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de A Coruña y FEGAES me obliga a estar siempre disponible para representar y defender los intereses del sector.
A esto se suma mi participación en las juntas directivas de AGADISGAS y AEVEAR, donde se requiere un compromiso constante para aportar ideas y soluciones en el ámbito de los Distribuidores de Gasóleo o las Estaciones de Servicio. Cada reunión, cada decisión, implicaba una carga adicional de trabajo y un desafío logístico para poder asistir a las clases y cumplir con los deberes académicos.
Un Orgullo Compartido con mi Familia
Uno de los momentos más emocionantes de este viaje fue comenzar las clases en la universidad el mismo día que mi hija Carmen. Compartir este trayecto con ella, y finalmente licenciarme junto a mi hijo Julito, ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida. Estudiar juntos, motivarnos mutuamente y superar los obstáculos ha fortalecido aún más nuestros lazos familiares y nos ha dado recuerdos invaluables que atesoraré siempre.
Agradecimientos Sinceros
No puedo hablar de este logro sin agradecer a mis compañeros de clase. Su apoyo y comprensión fueron invaluables en los momentos en que el trabajo y el estudio parecían inconciliables. Agradezco especialmente a aquellos que me ofrecieron sus apuntes, los que realizaron trabajos conmigo, su tiempo y su ánimo cuando más lo necesitaba fueron muy importantes. La camaradería y el espíritu de equipo que encontré en la facultad fueron fundamentales para superar los desafíos.
También quiero expresar mi gratitud a los profesores, cuya paciencia y dedicación han sido ejemplares. Reconozco que mi tendencia a hablar mucho y a intervenir de manera impulsiva pudo haber sido una molestia en algunas ocasiones. Sin embargo, su comprensión y disposición para guiarme y corregirme fueron esenciales para mi éxito. Agradezco profundamente su paciencia y su compromiso con mi aprendizaje.
Superando Obstáculos: La Dislexia y la Edad
Mi viaje no estuvo exento de dificultades adicionales. La dislexia, un obstáculo que ha estado presente toda mi vida, hizo que algunos exámenes fueran especialmente difíciles. A pesar de ello, nunca me rendí. La dislexia puede haber ralentizado mi progreso en algunos momentos, pero también me ha enseñado el valor de la perseverancia y la resiliencia.
A los 50 años, cuando empecé esta aventura, muchos podrían pensar que es tarde para emprender una carrera académica. Sin embargo, creo firmemente que la edad no debe ser una barrera para el aprendizaje y el crecimiento personal. Mi tesón y determinación han sido los pilares sobre los que he construido este logro. Cada reto superado, cada examen aprobado, es un testimonio de que nunca es tarde para perseguir nuestros sueños.
Estoy muy orgulloso, contento de mi esfuerzo y el logro alcanzado
Mi experiencia como estudiante de Derecho a los 56 años ha sido un viaje de esfuerzo, superación y satisfacción personal. He aprendido que con determinación y apoyo, es posible compaginar responsabilidades profesionales y académicas, y alcanzar metas que antes parecían inalcanzables. Estoy inmensamente orgulloso de lo que he logrado y espero que mi historia inspire a otros a seguir sus sueños, sin importar los obstáculos que puedan encontrar en el camino. Agradezco a mi pareja, Cristina, mis hijos y a toda mi familia, compañeros y profesores por su apoyo incondicional y paciencia, y celebro la culminación de este capítulo con la certeza de que el aprendizaje y el crecimiento son continuos y siempre posibles.
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