Desde que tengo uso de razón, siempre he sentido la necesidad de conocer el mundo. Para mí, viajar no es solo hacer turismo, es una forma de entender la vida, de ampliar horizontes y de descubrir que no somos el centro del universo, sino una pequeña pieza en un engranaje gigantesco y fascinante. He tenido la suerte de recorrer innumerables países, de perderme en ciudades llenas de historia y de recorrer carreteras que me han llevado a algunos de los paisajes más impresionantes del planeta. Cada viaje me ha dejado enseñanzas, me ha permitido conocer culturas, formas de vida y realidades completamente distintas a la mía. Y cuanto más viajo, más claro tengo que el mundo es demasiado grande como para vivir mirándonos el ombligo.
Sudáfrica: La Belleza Indomable de la Naturaleza 🇿🇦
Uno de los destinos que más me ha impactado ha sido Sudáfrica, un país de contrastes donde la naturaleza sigue imponiendo sus reglas. En el Parque Kruger, tuve la oportunidad de ver a los «cinco grandes» en su hábitat natural: leones, leopardos, rinocerontes, elefantes y búfalos. Es un espectáculo que te deja sin palabras, un recordatorio de lo pequeños que somos frente a la inmensidad del mundo salvaje.
En Ciudad del Cabo, con su mezcla de historia, cultura y paisajes de postal, descubrí que la belleza de una ciudad no solo está en sus monumentos, sino en la gente que la habita. La vista desde la Montaña de la Mesa es una de las más impresionantes que he contemplado, y la energía de la ciudad, con su diversidad cultural y su historia, me atrapó por completo.
En Johannesburgo, el pasado y el presente se cruzan constantemente.
Argentina: Tierra de Gigantes y de Pasión 🇦🇷
Si hay un país que despierta pasiones, es Argentina. Recorrer los glaciares del Perito Moreno fue uno de esos momentos en los que el tiempo parece detenerse. La inmensidad de los hielos eternos te hace sentir insignificante, pero al mismo tiempo, afortunado de poder presenciar algo tan grandioso.
Buenos Aires, por otro lado, es pura energía. Desde Caminito, los cafés de San Telmo hasta el bullicio de la Avenida Corrientes, la ciudad vibra al ritmo del tango y del fútbol. Pero lo que más me impresionó fue la calidez de su gente, siempre dispuesta a compartir una historia, un mate o una charla sobre la vida.
China: Historia, Modernidad y una Experiencia Gastronómica Inolvidable 🇨🇳
China fue un destino que me impactó de muchas maneras. No solo por su historia milenaria, sino por la forma en que combina su pasado con el presente en la enorme ciudad de Pekín, vibrante y llena de vida. La Ciudad Prohibida, ubicada en el corazón de Pekín, es un testimonio de la grandeza del Imperio Chino. Recorrer sus interminables patios y pabellones, rodeados de muros rojos y tejados dorados, me hizo sentir como si estuviera caminando en otra época. La majestuosidad de este complejo imperial es indescriptible: cada detalle, cada puerta, cada estatua, habla de un pasado en el que los emperadores gobernaban con un aura casi divina.
Desde allí, emprendí el viaje hacia otro de los lugares más icónicos del país: la Gran Muralla China. Pisar esas piedras centenarias, contemplar cómo la muralla se pierde en las montañas y sentir la historia bajo mis pies fue una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Es difícil imaginar cómo se pudo construir una obra de tal magnitud, con sus torres de vigilancia y su serpenteante recorrido que se extiende por miles de kilómetros. Subir sus empinados escalones fue un desafío, pero la vista desde lo alto hizo que cada esfuerzo valiera la pena.
Sin embargo, China no es solo historia. Su modernidad y su bullicio me dejaron completamente asombrado. Las dimensiones de Pekín y otras ciudades chinas son difíciles de describir: avenidas gigantescas, cientos de bicicletas y motos circulando en todas direcciones, peatones que parecen moverse en un flujo inagotable y rascacielos que dominan el horizonte. La vida urbana en China es una vorágine de movimiento constante.
La gastronomía fue, sin duda, otro gran descubrimiento. Comer en China no es lo mismo que en un restaurante chino en Europa. Probé platos que nunca hubiera imaginado. Pero una de las experiencias más extremas fue probar abejas fritas. Al principio, solo mirarlas me resultó un desafío. Finalmente, me animé y, aunque fue difícil al principio, puedo decir que logré comerlas. La textura crujiente y el sabor intenso fueron algo completamente nuevo para mi paladar.
El mercado de comida tradicional fue otro espectáculo en sí mismo. Puestos callejeros con ingredientes desconocidos, olores intensos que se mezclaban en el aire y una oferta de platos exóticos que iban desde brochetas de escorpiones hasta medusas en escabeche. Comer en un lugar así es una experiencia para los valientes.
Además, el comercio en China es toda una aventura. No pude resistirme a visitar los mercados de imitaciones, donde se pueden encontrar relojes de marcas reconocidas a precios irrisorios, bolsos que parecen sacados de una boutique de lujo y toda clase de productos con una calidad sorprendente. También aproveché la oportunidad para hacerme un traje a medida, y lo más increíble es que lo tuvieron listo en una sola noche.
China es un país que lo tiene todo: historia, modernidad, gastronomía y una energía inagotable. No hay otro lugar en el mundo que se le parezca.
Jordania: Un Viaje al Pasado de la Humanidad 🇯🇴
Pisar Petra es como entrar en un sueño. La ciudad rosa, esculpida en la roca, es una de las maravillas más asombrosas que he visto. Pero Jordania es mucho más que Petra. Estar en el lugar donde, según la tradición, fue bautizado Jesús en el río Jordán, me hizo sentir parte de la historia de la humanidad.
El desierto de Wadi Rum, con su paisaje marciano, me transportó a otro mundo. No es casualidad que aquí se haya rodado Star Wars; el paisaje es tan surrealista que parece sacado de una película de ciencia ficción.
Estados Unidos: La Ruta 66, Las Vegas y la Libertad Sobre Dos Ruedas 🇺🇸
Para un amante de las motos como yo, recorrer la Ruta 66 fue cumplir un sueño. Desde Las Vegas hasta el Gran Cañón del Colorado, cada kilómetro de carretera es historia.
En Las Vegas, la ciudad que nunca duerme, me hospedé en el icónico Hotel Bellagio, famoso por la película Ocean’s Eleven. Sus fuentes danzantes son un espectáculo en sí mismas, pero nada supera la adrenalina de los casinos, donde la suerte puede cambiar en un instante.
La presa Hoover, con su ingeniería colosal, es otro recordatorio del poder humano para transformar el paisaje.
Emiratos Árabes Unidos: El Lujo y la Tradición 🇦🇪
En Dubái, todo es grande, alto y espectacular. Subir al Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, y contemplar la ciudad desde lo más alto es una experiencia única.
En Abu Dabi, tuve el privilegio de alojarme en el Emirates Palace Mandarin Oriental, el hotel donde reside el rey emérito Juan Carlos I. Aquí, la tradición y la modernidad conviven de una manera que me fascinó.
Brasil: Ritmo, Naturaleza y Carnaval 🇧🇷
Brasil es alegría pura, pero la experiencia que más me marcó fue vivir un carnaval personalizado con un grupo local que participaba en el desfile. No hay palabras para describir la energía, la música y la pasión con la que viven esta fiesta.
Desde las playas de Copacabana hasta la imponente figura del Cristo Redentor en Río de Janeiro, Brasil es pura vida. Las Cataratas de Iguazú, con su fuerza arrolladora, son un espectáculo natural incomparable.
Portugal: Un País al Que Siempre Quiero Volver 🇵🇹
He recorrido casi todo Portugal y cada ciudad tiene su encanto.
- Oporto, con su aire bohemio y sus bodegas de vino, es una ciudad con historia en cada callejón. Cruzar el Puente Don Luis I y ver el atardecer sobre el Duero es algo mágico.
- Lisboa, con su mezcla de tradición y modernidad, me atrapó con sus tranvías, el barrio de Alfama y la majestuosidad de la Torre de Belém.
- Braga, con su impresionante santuario de Bom Jesus, es una ciudad con gran riqueza cultural.
- Lagos, Albufeira y Faro, en el Algarve, tienen algunas de las playas más bonitas de Europa.
- Fina do Castelo y la Ciudad dos Pequeninos son pequeñas joyas con mucho encanto.
Reino Unido: Entre Historia y Vida Familiar 🇬🇧
Mis visitas a Londres han sido muchas, y cada vez descubro algo nuevo. Desde el Big Ben hasta los mercados de Camden, la ciudad nunca deja de sorprenderme.
Correr el maratón de Edimburgo fue una experiencia increíble.
En Liverpool, Visitando a mi hija, y acompañado de mi gran amigo Avelino pude disfrutar de la historia de los Beatles, se siente en cada rincón de esta increíble ciudad.
Pero uno de los lugares más especiales para mí ha sido Ascot, donde vivió mi hijo. Estar tan cerca del Castillo de Windsor y poder hacer atletismo cada mañana por sus jardines fue una experiencia impresionante.
Otros países de Europa: Historia Viva en Cada Rincón 🇩🇪 🇨🇿🇮🇹🇳🇱
He recorrido muchos países europeos, cada uno con su esencia. Dresde, en Alemania, con su historia y arquitectura impresionante; Praga, en Chequia, con su aire medieval; Venecia, en Italia, con su romanticismo eterno; París, con su Torre Eiffel y su magia inigualable. Ámsterdam es una ciudad vibrante donde la historia, la cultura y la libertad se entrelazan. Sus canales y casas inclinadas le dan un encanto único, mientras que lugares como el Barrio Rojo, con su regulación de la prostitución, y los famosos coffee shops, donde el consumo de cannabis es legal, reflejan la mentalidad abierta de los Países Bajos. Fumar un porro en un coffee shop es una experiencia social más que un simple acto de consumo, pero su marihuana es potente y hay que saber dosificarla. Más allá de su fama liberal, la ciudad ofrece una increíble riqueza cultural, y la Casa de Ana Frank, que deja una huella imborrable. Con una vida nocturna animada y una oferta gastronómica diversa, Ámsterdam es un destino que desafía tabúes y demuestra que la libertad y el respeto pueden coexistir.
Viajar: Una Filosofía de Vida
Cada viaje me ha dejado enseñanzas y recuerdos imborrables. He aprendido que el mundo es inmenso y diverso, pero que en todas partes hay algo en común: la hospitalidad de la gente, las historias que nos unen y la belleza que se encuentra tanto en los grandes paisajes como en los pequeños detalles.
Viajar no es solo moverse de un lugar a otro, es abrir la mente, romper con lo cotidiano y atreverse a explorar lo desconocido. Siempre hay un nuevo destino esperando ser descubierto, y yo, sin duda, seguiré recorriendo el mundo en busca de más historias que contar.
Si hay algo que tengo claro, es que los viajes no se cuentan por los kilómetros recorridos, sino por las experiencias vividas y las emociones que dejan en el alma.
Viajar: La Mejor Forma de Aprender
Viajar me ha enseñado que el mundo es diverso, que hay miles de formas de vivir, pensar y sentir. Me ha hecho más comprensivo, más abierto, más curioso. No hay mejor escuela que conocer otras culturas, compartir experiencias con personas de distintos rincones del planeta y darse cuenta de que, pese a nuestras diferencias, todos buscamos lo mismo: felicidad, seguridad y un propósito en la vida.
En un mundo globalizado, no podemos permitirnos vivir con mentalidad cerrada. Viajar nos hace más solidarios, más humanos. Y si hay algo que tengo claro, es que nunca dejaré de recorrer el mundo, porque cada viaje es una nueva oportunidad para crecer.
